Eliot no es un gato cualquiera. Mientras su familia cazaba ratones, él prefería perderse entre libros. Un día encontró Rayuela en un ático, no entendió nada… pero se enamoró de la literatura.

Desde entonces decidió dejar los tejados y unirse al mundo humano: esos seres raros que leen, escriben y discuten ideas. Con una mochila vieja y Pedro Páramo bajo el brazo, partió en busca de historias.
 
Hoy Eliot estudia literatura, trabaja como ayudante de cátedra y sueña con convertirse en crítico literario o crítico de lo que sea. Escribe en su blog, aunque nadie lo lee y, asegura que la cola la dejó atrás porque “no la necesita para ser un lector completo”.
 
Eliot será parte de ELI por primera vez en nuestra IV Edición. Si te lo topas paseando o lo ves leyendo en los lugares más extraños posibles, no dudes en pedirle una foto.